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«Hay solo un Cristo – el Cristo vivo, Quien es una expresión de Dios, del Amor. Cristo–esto es Dios, Quien se revela al mundo»…

Hoy día la gente divide a Cristo en “histórico”, “cósmico”,
“místico” … Pero Cristo por Sí Mismo es uno e indivisible. Hay solo
un Cristo – el Cristo vivo, Quien es una expresión de Dios, una expresión
del Amor.
Cristo – esto es Dios, Quien se revela al mundo.
Como una manifestación de Dios, Cristo no puede separarse de Él,
no puede observarse fuera de Él.
Y cuando yo hablo de Cristo, Le considero no como un principio
abstracto, sino como una encarnación real del Amor. El Amor, esta es la
realidad más grande, y no algo abstracto. Él tiene forma, contenido y
sentido.

Cristo y el mundo

La expresión más plena del Amor en la Tierra ha dado Cristo – sea
cual sea la manera en la que la gente Le percibe: como “histórico”, como
“cósmico” o “místico”. Porque y como una persona histórica, y como
una entidad cósmica, y como una vivencia mística, Cristo es y queda la
expresión más perfecta del Amor. Y verdaderamente, no hay otro
hombre en la Tierra antes de Cristo que haya tenido mayor Amor que Él.
No hay y en el Cosmos – fuera –, y en las profundidades místicas del
alma – dentro –, una expresión más plena del Amor, que aquella que
nosotros personificamos en el Cristo.
¿Y entonces, cómo deben percibirse las palabras: Cristo
“histórico”, “cósmico” y “místico”? Manifestado en la Tierra en un
momento histórico dado, como el hombre ideal, como un modelo de un
hombre verdadero, Él es “histórico”. Y el tiempo entonces hace crónica y
testifica de Él: “¡He aquí el hombre! (Juan 18:19 – nota del tr.) He aquí
el hombre verdadero, en el cual vive el Amor, la Sabiduría y la Verdad, y
quien los aplica”.
Conocido internamente, Él se vuelve “místico”, pero percibido y
conocido como el Dios manifestado en el mundo, Él se vuelve
“cósmico”. Y entonces, el lado físico del Cristo, esto es toda la
humanidad unida en un cuerpo. Todas las almas humanas, en las cuales
Cristo vive, unidas en uno – este es el lado físico del Cristo. Todos los
ángeles, unidos en el corazón del Cristo, representan Su lado espiritual.
Y todas las Divinidades, unidas en la mente del Cristo, representan Su
lado Divino. Este es el Cristo “cósmico” – el Dios manifestado en el
mundo.
Y por eso el místico ve en todas partes al Cristo – el Gran Hermano
de la humanidad, la Primera imagen del hombre, el Primogénito en el
mundo – inicio del género humano, inicio de la evolución humana. El
Primogénito, Quien ha desarrollado y manifestado todas las Virtudes
Divinas, Quien ha aplicado todas las Leyes Divinas. El Primogénito,
Quien ha aguantado exitosamente todas las pruebas y ha sacrificado todo
por sus hermanos.
Montañas, campos, fuentes, ríos, mares, con todas las riquezas
naturales que se esconden en ellos – todo esto es una expresión de este
Gran Hermano. Pero este es un secreto profundo, para cuya comprensión
se requiere miles de años de trabajo forzado. Así debe percibirse Cristo
en Su amplitud.

Cristo
Uno es Él, aunque la gente Le percibe bien como “histórico”, bien
como “cósmico”, bien como “místico”. Todas estas palabras deben
vivificarse en el reconocimiento verdadero del Cristo, como un Amor de
Dios expresado y manifestado, y no que se queden como preceptos
secos, como prisiones para el pensamiento humano.
Y verdaderamente, ¿no es para muchos cristianos el Cristo
“histórico”, venido hace dos mil años, una prisión para su mente?
¿Dónde ha hablado Cristo hace 2000 años acerca de Sí mismo como una
persona histórica? Él habla de Sí mismo como un espíritu que
permanecerá en la Tierra “hasta el fin del siglo”, o sea, hasta el fin de
esta época de violencia y maldad, la cual vive sus últimos días. “Id y
predicad”, dice Él a Sus discípulos, “y Yo estaré con vosotros hasta el fin
del siglo”.
Uno de los engaños más grandes es que se piensa que Cristo está en
el Cielo, que está sentado y espera la Segunda venida, para empezar a
juzgar a los vivos y a los muertos. La verdad es que Cristo nunca ha
abandonado la Tierra. Recordad Sus palabras: “Toda potestad Me es
dada en el Cielo y en la Tierra” (Mateo 28:18 – nota del tr.).
Es Cristo, quien ha movido, mueve y moverá y la vida “histórica”,
y la “cósmica”, y la “mística” de la Tierra y de la humanidad.
Sin el Cristo no hay historia.
Sin el Cristo no hay “Cosmos”, es decir, mundo organizado y
arreglado.
Sin el Cristo no hay vida “mística”. Él es el Gran Inspirador de
todas las revelaciones en todos los tiempos. Él es el motor invisible de
toda la vida espiritual de la humanidad.
Sobre esto testifica la Escritura Sagrada, en la cual Cristo aparece
como un personaje central. Sobre esto hace alusión y el mismo Cristo en
las palabras: “De Mí escribieron Moisés y los profetas”. Moisés, en un
sentido amplio, representa todos los guías espirituales de la humanidad,
todos los científicos, filósofos, escritores, poetas, músicos, que preparan
las mentes humanas para la comprensión del Cristo, de la Verdad Divina.

Por muy pasajeras que parezcan sus obras, por muy cambiantes que sean
sus teorías, estas no son arbitrarias, estas se crean bajo la influencia de
una Ley Universal del Espíritu, quien trabaja dentro de la gente de una
manera específica. Todos estos hombres, por lo tanto, han trabajado para
la elevación polifacética de la humanidad, han preparado el camino para
la venida del Cristo. Porque no es fácil que un Gran Espíritu como Cristo
venga entre los hombres. Ellos deben trabajar forzadamente a lo largo de
unos cuantos miles de años, para que venga Cristo entre ellos. No se
desciende fácilmente a la Tierra.
Pero con Su descenso a la Tierra,Cristo abrió una nueva época en el desarrollo de la humanidad. Él trazó el camino por el cual únicamente
puede ascender el alma humana hacia Dios. Y por eso Él dice: “Yo soy
el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6 – nota del tr.).

El Camino – comprendido en un sentido amplio de la palabra – esto
es el movimiento del Espíritu en la aplicación razonable de las Leyes de
la Naturaleza.

La Vida – esto es la organización armónica de los elementos y el
desarrollo de las fuerzas en el alma Divina.

La Verdad – esto es una manifestación del Dios Único, Quien crea
condiciones para el desarrollo de todas las criaturas vivientes.

Habiendo salido del Mundo Divino de la Verdad y habiendo
descendido en el mundo material, Cristo conecta las almas humanas con
el Mundo de la Verdad, donde se esconden las grandes metas de cada
existencia. Debe haber un hilo que unirá las almas humanas, sumergidas
en la materia, con Dios. Es solo Cristo, Quien puede tender este hilo –
para unir a los hombres con Dios. Porque Él, Quién descendió del
Mundo Divino, trayendo vida desde el Mundo de la Verdad, ascendió de
nuevo a este, trazando de esta manera el camino que lleva de la vida
temporal a la eterna.
“Y vida eterna es, dice Cristo, que Te conozcan a Ti, el Único Dios
Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3 – nota del
tr.). Que conozcan a Dios – los gérmenes del Espíritu, las condiciones,
las fuerzas y las leyes en las cuales se apoya y por las cuales se edifica
este magnificente orden de las cosas. Y el Cristo – el Inicio Razonable,
que sale del Dios Único, trae vida a todas las criaturas, los dirige y los
guarda, conectándoles con el Centro Primordial de todo lo que es. Cristo
es el camino de aquel movimiento razonable de las almas que las guía
hacia la vida eterna en la Verdad. Y por eso, cuando preguntan a Cristo
por qué ha venido a la Tierra, Él responde: “Yo para esto he nacido y
para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la Verdad” (Juan
18:37 – nota del tr.). Estas palabras, sin embargo, son una fórmula
matemática. La cuestión de la venida del Cristo es una de las cuestiones
más profundas en la vida humana. Pero muchos consideran que es fácil
dar respuesta a esta pregunta. Ellos dicen que Cristo ha venido a la Tierra
para sufrir y salvar a la humanidad. Pero la venida del Cristo en la Tierra
no es una cuestión de sufrimiento. El sufrimiento es un fenómeno
secundario en la vida del Cristo – éste es lejos de ser capaz de definir
este momento importante en la historia de la humanidad. La salvación,
así como la percibe la gente, también es una comprensión parcial de este
gran evento. Hoy en día, sin embargo, todos los predicadores cuentan
que Cristo vino a la Tierra para salvar a la gente. Si Cristo hubiera
salvado el mundo de aquella manera mecánica como la gente lo entiende
y si ellos fueron salvos verdaderamente, no vivirían tan contrariamente al
Espíritu de la Enseñanza Crística. Evidentemente, completamente otro
sentido tiene la idea de la salvación. Ésta no está ahí donde la gente la
busca, ni viene tan mecánicamente como ellos piensan.

Jesus y discipulos

Cristo trajo a la Tierra la ciencia del alma. Él mostró el camino, por
el cual las almas humanas pueden conocer a Dios, que adquieran la vida
eterna. La puerta de este camino es el Amor. El que pase por esta puerta,
saldrá sobre aquel camino Real, por el cual le esperan hazañas grandes.
Muchas almas grandes han descendido a la Tierra antes del Cristo,
pero ellas no han podido arreglárselas con el difícil deber de la elevación
de la humanidad. Tendría que descender Cristo, para que solucione este
deber esencial e importante, y que muestre a la gente un camino probado,
por el cual y ellos lo solucionen. Antes del Cristo Dios ha enviado en Su
campo a Sus siervos – profetas, santos, pero ellos no pudieron cumplir el
trabajo como debían. Cuando Cristo, “El Hijo de Dios”, descendió a la
Tierra, los trabajadores de todo el Cielo se unieron en Su nombre, para
terminar la obra empezada.

En el Evangelio se dice que Dios de tal manera amó al mundo que
ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree no
muera, mas tenga vida eterna (Juan 3:16 – nota del tr.). El Hijo – esto es
el Verbo, lo Razonable, lo Divino, lo que únicamente puede restablecer
la armonía en el mundo y la conexión de las almas humanas con Dios.
Cristo pudo restablecer esta conexión y ejercer influencia sobre la
humanidad como un todo, porque Él mismo estaba conectado con el
Gran Todo Potente.

Y cuando en el Evangelio se habla del descenso del
Espíritu sobre Jesús, se sobreentiende aquella unión del Jesús con el
Espíritu colectivo del Mundo Razonable, gracias a lo cual se hizo posible
la realización de una idea Divina en la Tierra. Porque tal es la Ley de la
Tierra: Para que se haga la obra de Dios, un hombre en la Tierra debe
unirse con una Criatura del Cielo. En este caso esta criatura era el
Espíritu Divino colectivo. Desde este punto de vista, Cristo es un
Espíritu colectivo. Él existe como uno, pero al mismo tiempo es un
Espíritu colectivo. Él es una suma de todos los hijos de Dios en cuyas
almas y corazones fluye vida y Amor. Todos los hijos de Dios unidos en
uno, todas las almas razonables que viven en unión Divina – esto es
Cristo.
La venida del Cristo a la Tierra es el evento más importante en la
historia de la humanidad. Él es un evento exclusivo, tanto por contenido,
como y por sentido. Con él está relacionada la idea básica de la vida
humana – la idea de la inmortalidad, la idea de la vida eterna. Y los
esfuerzos de toda la existencia humana se resumen en esto – lograr la
inmortalidad, entrar en la vida eterna. “Y esta es vida eterna”, dice
Cristo, “que Te conozcan a Ti, el Único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado”. Que conozcan a Dios, que conozcan a Cristo.
¿Conoció la gente a Cristo, cuando Él apareció hace 2000 años?
¿Le conoce y hoy? Cuando la Verdad aparezca en el mundo, ella no se
va a vestir en ropas Reales, sino con una vestidura modesta. Así y Cristo
apareció hace 2000 años en una forma simple, en la cual la gente no
pudo reconocerle. Pero tales son las leyes de este mundo. En esta ropa
simple – aparentemente un hombre como todos los demás hombres,
incluso y Sus discípulos no Le conocían plenamente. Solo tres de ellos
vieron durante la transfiguración del Cristo Su “rostro”, o sea, Su lado
interno. En esta luz interna ellos Le vieron y conocieron tal como era
entre los ángeles.

Para los hebreos Cristo era “el hijo de José, el hijo del carpintero”.
Para los escribas y los fariseos Él era un blasfemo, un mesías
autoproclamado, que a Sí Mismo se nombra “Hijo de Dios”. Él no
provenía de sus medios, no había estudiado donde ellos. ¿Dónde había
¿estudiado Cristo? Porque todo lo que Él ha hecho, testifica de Sus vastos
conocimientos. Y hoy día hay gente que piensa que Cristo era un hombre
simple, indocto. Esto, sin embargo, para nada es así. El mismo Cristo,
volteándose hacia Sus oyentes, dice: “¿Si no comprendéis las cosas
terrenales de las cuales os hablo, ¿cómo comprenderéis las celestiales?”
(Juan 3:12 – nota del tr.). Cuando habla de “cosas celestiales”, Cristo
sobreentendía los grandes misterios del Sol. Él, sin embargo, comprendía
y las “cosas terrenales” – estaba familiarizado con la cábala de aquel
tiempo, con la filosofía de la gente del Este y de los griegos, como
también y con las ciencias de aquel tiempo. Verdaderamente Cristo no ha
tenido necesidad de estudiar en las escuelas humanas. Más aún, toda Su
vida terrenal por sí misma era una enseñanza objetiva para Él. Él era
fuente de una experiencia nueva, un campo para la aplicación de aquellos
grandes Principios y Leyes que Él conocía en su acción en el Mundo
Invisible. Gracias a Su conciencia despierta y a Su conexión con el
Mundo Invisible, Él siempre había podido extraer conocimientos
directamente de este.
Y cuando Cristo oraba, la oración para Él era una conversación con
el Mundo Razonable. Mediante la oración Cristo entraba en
conversación con el Mundo Invisible, con todas las Jerarquías en este,
con Dios. Mediante la oración, el Mundo Invisible transmitió al Cristo
aquella gran lección que Él tendría que estudiar en la Tierra, le reveló
aquel deber que tenía que solucionar en el ambiente de la vida terrenal.
Apenas después de la solución de Su deber difícil, Cristo ha
comprendido en prueba, que el único camino para la salvación de la
humanidad es el Amor. Entonces comprendió y el sentido profundo de
todos sus sufrimientos.

jesus orando

Para la gente, sin embargo, cualquier cosa que dicen, los
sufrimientos de Cristo, Su crucifixión y muerte oprobiosa queda como
uno de los misterios más grandes. ¿Por qué Cristo, el Alma más grande
que alguna vez ha visitado la Tierra, el carácter más grande que alguna
vez ha aparecido, por qué este hombre bueno, prudente y fuerte debería
morir tan trágicamente? El Libro Sagrado dice que así fue “escrito” – y
nada más. Otros dicen, que esto tendría que ocurrir para que se salvara el
mundo. Y Cristo mismo dice que ha venido al mundo para dar testimonio
de la Verdad. Una cosa, sin embargo, se puede decir con seguridad –
Cristo fue crucificado, porque el Amor no tomó participación en Su vida
por fuera. Y ahí, donde el Amor no toma participación, aparecen los
sufrimientos más grandes, los dramas y tragedias más grandes. No es el
Amor que los crea, sino la competición por él. El Amor por Sí Mismo
trae en todas partes luz, paz y alegría.
Sea como sea, pero nosotros vemos que fue permitido que Cristo
fuera crucificado. En la cruz Cristo vivió aquello que puede ser llamado
sufrimientos idéicos-místicos – los sufrimientos más profundos y más
intensos que un alma humana puede vivir. Él tendría que beber hasta el
fondo el cáliz de los sufrimientos – aquel cáliz, en el cual estaban
recogidos todos los sedimentos amargos del pasado. Pero en estos
sufrimientos condensados, intensos, a Él le fueron revelados todos los
secretos del pasado. Y por eso, concientizando la importancia del
momento, después de un drama interno, vivido en el jardín de
Getsemaní, Cristo dice: “Para esta hora Yo he venido”. Mediante la
alquimia potente del Amor, Cristo transformó los venenos recogidos en
este cáliz y de esta manera liquidó, de una vez por todas, con la
violencia.
Y verdaderamente, ¿no pudo Cristo, que era un hombre fuerte,
genial, quien conocía Su alto origen, quien lo preveía todo, quien sabía lo
que iba a ocurrir, no pudo Él interrumpir los sufrimientos que le
esperaban? Delante de Él estaba la alternativa – o invocar “las legiones
angelicales”, con la ayuda de los cuales destruiría y al pueblo hebreo, y
al imperio romano, es decir, servirse con los métodos del pasado, con el
método de Moisés y Elías, de la fuerza y la espada, con los métodos de
los magos y los adeptos antiguos, o aceptar el cáliz y la cruz, y
superarlos mediante la fuerza del Amor. Cristo eligió el segundo y esto
fue una prueba, primera por su género en la Tierra.

Y verdaderamente, si Cristo se hubiera asustado de los
sufrimientos, si se hubiera asustado de la cruz sobre la cual después Le
crucificaron, de los clavos con los cuales Le clavaron, de la lanza con la
cual Le picaron, Él no hubiera dado una solución nueva, esencial para la
elevación del alma humana. Él derritió y blasfemias, y golpes de látigo, y
cruz, y clavos, y lanzas, con el fuego del Amor – el único fuego que
pudo derretir las armas de la violencia. Y Su prueba salió exitosa.
Así Cristo solucionó un deber del cual dependía el futuro de toda la
humanidad. Así Él abrió el camino para la salvación de aquellas almas
sufrientes, por las cuales había venido. Por estas, exactamente, almas
simples, pero sublimes, que tuvieron la valentía de poner su fe en Él – no
por la gente científica, fuerte, religiosa de su siglo – Cristo puso Su vida,
para que vivan ellos en aquel Amor que Él les dio.
En los sufrimientos del Cristo se esconde algo grande. Estos
representan el lado escondido de la vida de Cristo, del cual la gente no
sabe nada. Y de todas maneras, cuando yo hablo de los sufrimientos del
Cristo, en mi mente sobresalen dos cualidades grandes del Cristo – Su
paciencia incomparable y Su humildad. Gracias a estas Él aguantó todas
las injurias, blasfemias y ofensas que la gente Le propinó. Ante todo esto
Cristo quedo silencioso, tranquilo e inalterable, como si nada ocurriera.
De Sus ojos no goteó ni una sola lágrima. ¡Esto es gran paciencia, esto es
auto-dominio, esto es Amor! Esto es una roca que nada puede destruir.
La crucifixión del Cristo fue una tragedia, pero esta tragedia tenía
su solución – la resurrección. Cristo resucitó y a través de Su
resurrección venció la muerte. Y así como en los sufrimientos Le fueron
revelados los secretos del pasado, así en la resurrección Él recibió
revelación sobre el futuro.

En el rostro del Cristo nosotros tenemos un hombre
verdaderamente fuerte, un espíritu potente, un héroe. Él superó todo – y
torturas, y cruz, y sepulcro. Cristo no llevó hasta el final la cruz de
madera. Él la llevó solo hasta un cierto lugar y luego la tiró a la tierra. La
gente piensa que Él la tiró porque le hacía sucumbir bajo su peso. No,
Cristo no era un hombre débil. Él podría llevar la cruz, pero la dejó, para
mostrar a la humanidad lo que le esperaba. Él quería decir: “¡Yo puedo
llevar la cruz de los sufrimientos de la gente viva, pero que lleve una
cruz de madera no quiero!” ¡Pero los cristianos de hoy todavía llevan y
besan la cruz de madera detestada por Cristo mismo!
Habiendo tirado la cruz de madera a la tierra, Cristo se levantó y
tomó recto Su camino hacia el Gólgota. Le clavaron en la cruz. Pero y en
la cruz mucho no permaneció. Él solo se desclavó. ¿Cómo? Saliendo de
Su cuerpo y yendo donde José de Arimatea. Le enterraron y sellaron el
sepulcro. Pero y de ahí salió. Él no quería dejar Su cuerpo en el sepulcro,
porque este era vivo. Él solo le resucitó. El ángel que causó Su muerte,
llevó Su alma al infierno, pero y aquí Cristo no permaneció mucho. Con
Su entrada en el infierno, Él causó toda una revolución – Él removió
todos sus habitantes y los soltó en libertad. No penséis que después de Su
resurrección Cristo estaba solo – en el infierno Él fue jefe de toda una
hueste de ángeles, que limpiaron el infierno de todos los prisioneros.
Con todo esto Cristo comprobó que el fuerte no puede ser
mantenido en una cruz, ni tampoco puede ser encerrado en un sepulcro.
El fuerte no muere – él resucita y da vida y a los demás. Cristo era el
corazón de Dios y por eso Él resucitó. El corazón de Dios no puede
morir. Y él regresó ahí de donde había venido. Pero con toda esta
tragedia que se jugó en el Gólgota, Él infundió una nueva sangre en las
venas agotadas de la humanidad y dio un impulso nuevo a la circulación
sanguínea Divina de la vida.
Durante Su venida hace dos mil años en la Tierra, Cristo nos
mostro solo uno de los lados de Su imagen. Nosotros vemos a Cristo en
humillaciones y aflicciones, en sufrimientos y pruebas. Nosotros Le
vemos como un héroe de la redención. La gente no conoce todavía a
Cristo en Su Gloria, en Su Poder y Fuerza Divinos. ¡Fuerte y potente es
ahora Cristo! En el pasado pincharon la mano del Cristo con clavos.
¡Pero hoy nadie puede pinchar esta mano con clavos – estos al instante se
van a derretir! En el pasado crucificaron a Cristo sobre una cruz, pero
hoy no hay un árbol tan grande sobre el cual puedan crucificarle. ¡Cristo
no puede ser crucificado por segunda vez!

Jesus y aves

Este Cristo viene ahora para visitar las mentes y los corazones
humanos. Él derrumbará todas las prisiones, borrará todas las enseñanzas
falsas – todo aquello lo que destruye la mente y el corazón humano, lo
que siembra perturbación y desorden, lo que inmoviliza la vida humana.
Él es el Cristo vivo Quien introduce vida, luz y libertad para todas las
almas, Quien eleva y despierta en ellas Amor hacia todo.
Cuando digo que Cristo viene ahora, algunos piensan que Él vendrá
por fuera. Cristo no va a venir por fuera, Él no va a venir ni en forma
humana, ni en cualquier otra forma. Cuando los rayos solares entran en
vuestros hogares, ¿significa esto que el Sol mismo os ha visitado?
Recordad: Cristo es manifestación del Amor Divino. Y Él vendrá
como luz interna en las mentes y los corazones de la gente. Esta luz
atraerá a todos alrededor de Cristo como un gran centro. La apertura de
las mentes y los corazones humanos, y la aceptación del Cristo por
dentro – esto será la segunda venida del Cristo en la Tierra. Pero si no Le
aceptan de esta manera, la gente seguirá con esta vida de desamor, de
sufrimientos y desdichas, de creencias externas, supersticiones y
engaños.
Cautivados por estas creencias externas, mucha gente religiosa hoy
tropieza, diciendo: “Cristo ha proclamado las buenas nuevas hace dos
mil años. Él ha dicho lo que tenía que decir y ahora ha ascendido al
Cielo, hasta que venga la Segunda venida, cuando vendrá de nuevo para
juzgar a los vivos y a los muertos”. Pero yo os digo: ¡Cristo, en tiempo y
espacio no ha proclamado las buenas nuevas! Nosotros no miramos a
Cristo y Su Enseñanza como algo pasado. Nosotros no miramos a Cristo
y Su Enseñanza como algo que vendrá en el futuro. ¡Nosotros miramos a
Cristo y Su Enseñanza como un eterno presente!
He aquí porque, no solo durante Su predicación de tres años, sino
durante dos mil años Cristo no ha cesado de hablar. Y si se pudiera
restaurar todo aquello que Él ha hablado durante los tres años en los
cuales ha predicado a la gente de aquel tiempo, si se pudiera restaurar y
aquello que Él ha hablado durante estos dos mil años, la gente hubiera
tenido un conocimiento valioso. Pero y de esto, lo que Cristo ha hablado
durante los tres años de Su predicación, muy poco ha sido guardado –
solo fragmentos. Y muchos de los mensajes de Pablo, como también y de
los demás apóstoles, se han quedado escondidos para el mundo. Estos,
sin embargo, algún día saldrán a la luz al mundo. Estos y ahora se
revelan, pero solo a los discípulos avanzados.

¿Pensáis, por otra parte, que Cristo sacó toda Su Enseñanza? En
comparación con eso que Cristo traía, Él dio muy poco a la gente de
aquel tiempo. La gente de aquel tiempo no estaba lista para ciencia. He
aquí por qué, Él les hablaba con parábolas. Cristo no quería poner Su
arma en las manos de los ignorantes para que la volteen contra Él.
¿Pensáis que si hoy viene Cristo, Él hablará así como ha hablado
hace dos mil años? De otra manera hablará hoy Cristo. Él predicará,
antes que nada, la Gran Ciencia del Amor y los métodos para su
aplicación. Él predicará el camino del discipulado, la hermandad y el
servicio. Porque la Ley de la Evolución hoy requiere esto.
Y ahora el Gran Maestro se vuelve hacia todas las almas despiertas,
proclamándoles las bases de la nueva manera de dar las buenas nuevas:
“¡Que todos sean discípulos diligentes, hermanos buenos, siervos fieles y
verdaderos!” Porque solo aquellos que son discípulos diligentes,
hermanos buenos y servidores verdaderos, pueden ser creadores de la
nueva cultura, en la cual Cristo vivirá en cada hombre y entre toda la
gente.

Creyentes no ordinarios quiere hoy Cristo, no gente que guerrea
uno contra otro, no amos y pontífices, sino hombres verdaderos –
creadores de lo Nuevo, discípulos, hermanos y servidores. No gente que
constantemente Le crucifica dentro de sí misma quiere hoy Cristo, sino
hombres que Le acepten para que viva con ellos y entre ellos, que sean
uno con Él.
Hoy Cristo proclama una Cultura sin crucifixiones, una Cultura de
la Resurrección. Porque nosotros vimos cuáles son los resultados de la
cultura contemporánea, creada por la gente que crucificó al Cristo. Ha
llegado el tiempo de que se pongan los fundamentos de una Cultura
Nueva, la cual será edificada no por gente que se inclina al Cristo
crucificado, sino por hombres-hermanos en los cuales vive el Cristo
resucitado – el Cristo vivo del Amor. La base de esta Cultura será el
Amor. Porque el Amor es la única fuerza, que puede hacer a los hombres
discípulos diligentes, hermanos buenos, servidores fieles y verdaderos,
creadores de la Nueva vida.

Conciencia Cristica

Esto es lo Nuevo que Cristo trae hoy a la humanidad. Este es el
Verbo de la Gran Hermandad Universal, esto es lo que el Maestro habla.
¿Pero no se van entonces muchos creyentes, que se nombran a sí
mismos cristianos, a tentar por Su verbo? ¿Y Le reconocerán? Ellos
seguirán disputando sobre el Cristo “crucificado”, “histórico” y
“cósmico”, sobre el Cristo así como Le conciben las diferentes iglesias,
pero el Espíritu de Su verbo viviente quedará ajeno para ellos.
Por eso os digo: ¡Dejad estas definiciones y separaciones del
Cristo! Sepan que hay solo un Cristo del Gran Amor, Quien ahora actúa
en el mundo, Quien actúa en las almas de los hombres. De este Cristo os
hablo yo – no del Cristo “histórico” o “crucificado”. Por fin, como una
persona histórica la gente Le conoce suficiente, pero como un Amor vivo
no Le conoce. Del Cristo vivo os hablo yo, de aquel Cristo, Quien lleva
en Sí Mismo vida, Quien trae el conocimiento y la luz vivos, Quien trae
la verdad y la libertad. De aquel Cristo, Quien trae todos los métodos
para la edificación de la vida razonable. Él es el Gran Cristo que se llama
Cabeza de la Gran Hermandad Universal. A Él le conocen todas las
almas grandes y entre ellas no existe contienda ninguna: quién y cómo es
Él, cómo era, dónde está ahora, qué lugar ocupa en “la Jerarquía de los
Maestros”, etc., etc. Ellos no disputan, porque saben en absoluto, qué
lugar en el Todo ocupa Cristo, así como saben cuál es el lugar y de la
demás gente grande que ha aparecido y aparece en el mundo.
¡A este Cristo deben conocer los hombres hoy! ¡A Él deben ver
ellos – que Le vean y conozcan! Porque muchos quieren convencernos
de que sin ver al Cristo y conocerle internamente, podemos ser cristianos
verdaderos. Yo, sin embargo, sostengo que si un hombre no ve al Cristo,
nada puede llegar a salir de él. Pero, para que un hombre vea al Cristo, él
debe tener una mente, un corazón, un alma y un espíritu como los Suyos.
Todos, a quienes Cristo se ha aparecido, antes de alcanzar este estado,
han caído con el rostro hacia la tierra. ¿Y qué puede hacer un hombre
caído? El hombre debe beber de la fuente misma y no del río que está
turbio, porque en este han entrado muchas otras mezclas.
Encamínate por el camino que guía hacia esta fuente – el camino es
un poco difícil y largo, pero en cambio beberás agua viva de la fuente
misma, la cual refrescará para siempre tu mente y tu corazón. Delante de
tu vista se descubrirán visiones amplias no vistas hasta entonces. En esta
montaña, donde brota la fuente viva, tú oirás la voz de Dios.
¡No desees quedarte ahí, pero baja a donde tus hermanos! Baja y
aplica como un discípulo, como un hermano y como un servidor, el
Verbo vivo de tu Padre Celestial, Quien te ha atraído con los hilos de Su
Amor.
Estos hilos están en las manos del Cristo, el manifestado Dios del
Amor.

Fuente:  BD-98-CRISTO   

Maestro Peter Deunov – Beinsa Douno

La Verdadera Felicidad, es un estado de Consciencia… es la Felicidad sin causas…

Alguien dice: «Soy feliz porque…» Y bien, el solo hecho de dar una causa a su felicidad es la prueba de que no posee la felicidad verdadera. Pues la verdadera felicidad es una felicidad sin causa. Sí, ustedes son felices y no saben por qué. Encuentran que es maravilloso vivir, respirar, comer, hablar y no saben por qué. No han recibido nada, ni regalos, ni herencia ni hermosas mujeres. Son felices porque algo viene de arriba, un elemento espiritual que ni siquiera depende de ustedes…, como un agua que brota del cielo. …Esta es la verdadera felicidad.

Buscar la felicidad es como correr tras una pelota a la que, en el momento de atraparla, se da una patada. ¿Para qué? ¡Para poder seguir corriendo tras ella! Con esta carrera nos sentimos estimulados; en realidad la felicidad la encontramos en esta búsqueda, en este impulso por alcanzar el objetivo. Por eso, cuando tengan un deseo, no se den prisa en satisfacerlo, ya que es él quien les sostiene, quien les colma. Intenten pues comprender esta ley y pongan en su alma, en su espíritu, deseos que no puedan realizar jamás: estos deseos son los que les harán vivir. Sí, este es el secreto. ¿Por qué pedir algo que se podrá realizar en algunos meses, en algunos años? Busquen lo más lejano y lo más irrealizable, la perfección, la inmensidad, la eternidad, y por el camino encontrarán todo lo demás: el conocimiento, la riqueza, el poder, el amor… Lo tendrán sin ni siquiera pedirlo.

¿Quieren ser felices? Trabajen. La verdadera felicidad se encuentra en la actividad, pero evidentemente una actividad superior a la que permite ganar un poco de dinero para satisfacer nuestras necesidades o las de nuestra familia. Ese trabajo es necesario, pero insuficiente. Para ser feliz el hombre debe aprender a hacer un trabajo con el pensamiento, el sentimiento, la imaginación, la voluntad, con el fin de preparar en el invisible la llegada de un mundo de paz, de armonía, de luz. Este es el trabajo que le dará la plenitud, y sean cuales sean los acontecimientos, siempre tendrá este trabajo.

Cuantos hombres y mujeres han puesto fin a sus días cuando, como se suele decir, «lo tenían todo para ser felices»: la juventud, belleza, inteligencia, riqueza, una familia y amigos que los amaban… Lo tenían todo, excepto lo esencial: el gusto por vivir; y esto no lo podían obtener con ninguna de las ventajas que poseían. Por tanto, donde hay que cambiar algo en primer lugar es en el hombre mismo, es éste quien debe buscar interiormente lo que necesita. Cuando se es capaz de encontrar la felicidad en uno mismo, se es fuerte en cualquier condición. Sí, en las peores condiciones, se podrá comulgar con las entidades celestiales y sentirse colmado, lleno de luz. Si la causa de su felicidad está dentro de ustedes, nada ni nadie podrá privarles de ella. El día en que consigan considerar, así las cosas, será para ustedes el principio de la libertad, de la inmortalidad, de la eternidad.

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Sugerencia de escritura del día
Escribe sobre tu primer ordenador.

El Sol, «Tierra de los vivientes»… Omraam Mikhael Aivanhov

El Sol, «Tierra de los vivientes»

Cuando el sol aparece, la naturaleza está silenciosa, atenta; se recoge como si quisiera recibir algo del sol. Durante unos minutos, la tierra, los animales, los insectos, los árboles, todo se serena y se calla, incluso los pájaros… Los pájaros se despiertan antes de la salida del sol, están contentos, vuelan, cantan, pero, cuando el sol empieza a salir, se paran un momento… Sólo los hombres siguen haciendo ruido; son los únicos que no han comprendido nada. Toda la naturaleza se calla, pero ellos siguen dando golpes, hablando, gritando, como si este acontecimiento que afecta al universo entero no tuviese ninguna importancia. Ahí es donde se ve qué irrespetuosos e ignorantes son, porque no saben aprovechar todos los beneficios que aporta esta presencia del sol…

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Cuando miramos al sol, incluso si no lo sabemos, nuestra alma toma la misma forma y se vuelve una esfera luminosa, incandescente. Es la ley de la magia imitativa que tiene lugar: miramos al sol, y nuestro ser completo comienza a parecerse a él.

Recuerden que dado que el sol es el centro de nuestro sistema solar, cuando lo miran, se acercan a su propio centro el cual, aunque hayan perdido contacto con él, está aún ahí con ustedes. Cuando observan al sol, sus almas comienzan a imitarlo y asumen la misma forma.

Así que aquí tienen la explicación de por qué es benéfico asistir a la salida del sol. Si continúan viniendo cada mañana, con gran amor y devoción, comenzarán a entender que el sol es realmente alguien maravilloso. Sí, sí, se los aseguro, es una persona muy distinguida, bellamente vestida, muy rica, y completamente desinteresada. De hecho, es perfecto.

En poco tiempo pienso explicarles cómo deben mirar al sol y contarles qué es el sol exactamente. Pues es un mundo completo, vasto, que contiene seres vivientes, habitaciones, palacios, árboles, ciudades y océanos – un mundo con una cultura que está más allá de lo que puedan imaginar.

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Es la más amorosa de las tierras, la “tierra de los vivientes” de la que se habla en la Biblia: “Caminaré ante el Todopoderoso en la tierra de los vivientes”. “Los vivientes”, son los seres inmortales, eternos, que habitan permanentemente en luz. El sol es su hogar, y son ellos quienes nos envían luz. El sol es el más maravilloso de los mundos, poblado con ángeles, arcángeles y divinidades, que van de acá para allá, para trabajar en cada uno de los planetas y ayudar a las criaturas que los habitan, antes de volver una vez más al sol. Todo está muy altamente organizado. En efecto, sólo algunos de esos seres extremadamente bellos, inteligentes y poderosos, nos vienen a visitar a la tierra.

Si realmente practican con todo su corazón, no podrán sino beneficiarse de esto, pues el sol es el alimento más indispensable y más sustancial para nuestros tiempos.

En el futuro, todos acudirán al sol por fortaleza, calor, amor y valor. Otras fuentes de energía serán abandonadas porque ya están comenzando a agotarse, y los seres humanos se volverán a la única fuente inagotable. Iluminaremos nuestras ciudades, calentaremos nuestras casas, y viajaremos alrededor del mundo gracias a la energía solar. Incluso seremos alimentados por la luz del sol, se hará alimento a partir de ella.

Intenten pensar en el sol, más que en todas las cosas que les empujan hacia la periferia, den sus pasos haca el sol, hacia la unidad, la simplicidad y la luz.

Omraam Mikhael Aivanhov

Extracto de: Omraam Mikhael Los Esplendores deTipheret (2)

OPAYBO ESCUELA DE SALUD – Dr. Eneko Landaburu

    http://www.opaybo.org/

OPAYBO 1Qué es O´Paybo

O’Páybo es una palabra guaraní que quiere decir despertar. Es un gesto de respeto y cariño por la cultura original del país que nos recibe. Su significado encaja con nuestros planes. Queremos aprender a despertar cualidades humanas que están dormidas.
La idea de “Casa de Reposo-Escuela de Salud” se inspira en la Higiene Vital, que considera que es durante el descanso cuando el cuerpo arregla sus averías, y que si enfermamos muchas veces es debido a que no sabemos vivir. Esa puede ser una fuente de inspiración.
Queremos hacer una mezcla explosiva con otras corrientes que ponen el acento en la sabiduría innata de los seres vivos y de la Amona Lurra (la abuela tierra).Opaybo

https://drive.google.com/drive/folders/0Bzqp3LFzsvSAYThndl9JUlVweFE?resourcekey=0-s5mGCPlWS40wmZMwP7A6_g

En este enlace os podéis descargar lo que consideréis de interés.
El Dr. Eneko Landaburu ha preparado esta biblioteca de autogestión, considerando la importancia y la necesidad de adquirir conocimientos de vital importancia sobre salud física, mental, ambiental y social.
¡Buen provecho y a compartir!

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«Para este Nuevo Año, os deseo que todas las bendiciones del Cielo desciendan y se viertan sobre vosotros»…

«Para este nuevo año, os deseo que todas las bendiciones del Cielo desciendan y se viertan sobre vosotros. Que vuestro cuerpo esté en buenas condiciones, sano y lleno de fuerzas; que vuestro corazón nade en un océano de alegría pura y de satisfacción espiritual; que vuestro intelecto sea iluminado y alumbre toda vuestra existencia con la verdadera luz; que vuestra alma sea una conductora del amor divino, y que vuestro espíritu se sienta completamente liberado de todas las dificultades y de todas las prisiones humanas.

Os deseo que permanezcáis unidos a la gran jerarquía de las entidades espirituales, con el fin de trabajar con ellas en la realización del Reino de Dios sobre la tierra.

Os deseo, finalmente, que podáis superar todos los obstáculos que surjan en vuestro camino, con el fin de que vuestro espíritu se regocije y glorifique al Creador.»

El SOL en la tierra…LA NARANJA…

Redonda y naranja por fuera, y llena de vitaminas por dentro, la naranja, nuestro alimento de este mes, es la expresión del sol en la tierra. En invierno, cuando las horas de sol se reducen, comer naranjas es una una manera de comer sol, de comer oro, como se llama en inglés y en francés; orange, derivado de aurum.

La naranja es una extraordinaria fuente de vitaminas A y B y, especialmente, de vitamina C. Por eso se dice que una naranja cubre las necesidades diarias recomendadas de vitamina C.

¿Quieres saber más de esta rica fruta?

Fuente: https://www.zuhaizpe.com/la-naranja-el-sol-en-la-tierra/?ct=t(alimento-del-mes-naranja)&mc_cid=d70f916f82&mc_eid=d105e3bfe0

LA FRECUENCIA DEL UNIVERSO – A 432 HZ…

Mediante las frecuencias sonoras contenidas en la música podemos modificar el funcionamiento de un ser vivo, dicho de otra forma, sanar y mejorar el cuerpo humano. Los antiguos pueblos y civilizaciones conocían el poder de la música y el sonido, sin embargo, alguien se ha ocupado de enterrar y ocultar este poderoso conocimiento cambiando la frecuencia de la música desde los 432 hz originales a los actuales 440 hz, descubramos cuándo y por qué y recuperemos la música para la salud y la conciencia humana. Como elemento integrante de nuestro Universo, el cuerpo humano está compuesto por células, las cuales a su vez se componen de átomos, estos átomos interactúan y operan en base a la energía recibida, lo cual incluye la energía producida por las ondas sonoras. Los 432 hertzios sonoros oscilan y vibran sobre los principios de la propagación de ondas armónicas naturales y se unifican con las propiedades de la luz, el espacio, la materia, la gravedad y el electromagnetismo. El Sol, Saturno, la Luna y la Tierra exhiben proporciones matemáticas del número 432. Un concierto en frecuencia 432 hz puede tener profundos efectos positivos sobre nuestra conciencia y sobre nuestro cuerpo celular. Resintonizando los instrumentos musicales a 432 hz en lugar de los actuales 440 podemos sentir la diferencia de conectar la conciencia a la resonancia natural. La ciencia ha comenzado a re-descubrir los secretos de la resonancia y su impacto en nuestra salud. Como seres de conciencia, dependemos de la resonancia natural de atraer lo que deseamos para alcanzar el amor, la felicidad, el desarrollo personal, salud y abundancia. Dado que no estamos separados de las vibraciones que son interdependientes en la resonancia positiva para mantener y regular nuestro estado de ánimo y la salud para lograr estos objetivos. Lo mantuvieron en secreto mucho tiempo, pero ya se les escapó. BENEFICIOS: La música en 432 hz transmuta y sana el alma, mente y cuerpo. El corazón humano (ritmo cardíaco) La doble hélice de ADN (frecuencia de replicación) La función cerebral máxima – sincronización bihemisférica (dos hemisferios del cerebro) El pulso cardíaco fundamental del planeta (resonancia fundamental de la cavidad Schumann) La geometría musical de la creación. Visita mi canal:

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